Sunday, May 1, 2011

Biblioteconomia

Biblioteconomía

La biblioteconomía, conocida también en algunos países hispanoamericanos como bibliotecología, es el conjunto de actividades técnicas y científicas que tiene como finalidad el conocimiento de la información, de los materiales en que se presenta y del lugar en que se hace uso de ella, para con esto responder mejor en calidad y cantidad a las demandas de información que hace la sociedad. El término deriva de las palabras griegas biblion ('libro'), theke ('caja') y nomos ('ley').

 Informática y biblioteconomía

La Biblioteconomía y Ciencia de la Información se ocupan de la técnica cuyo campo lo constituyen las colecciones de libros y las publicaciones periódicas (revistas y periódicos), la información y la gestión del conocimiento. Este último rol a lo largo del tiempo se ha ido ampliando al manejo de las tecnologías de la información. La biblioteconomía también se interesa por otros formatos o recursos de información, como por ejemplo, publicaciones periódicas en línea, los discos compactos (CD-ROM) y DVD, las microfichas, las filmaciones (vídeo-cassetes, microfilm), las cintas de audio, etc.
El formato electrónico, en especial el disco compacto y las bases de datos en línea, han revolucionado el mundo de las bibliotecas, como la especializada que aparecieron con unos rasgos característicos que las diferenciaban de las tradicionales. Sus usuarios eran personas interesadas en materias concretas, con una necesidad de información muy específica y sus colecciones son muy variadas por lo cual ha sido necesario adaptar los tradicionales catálogos de fichas o tarjetas a los nuevos formatos, surgiendo los catálogos electrónicos, también conocidos como catálogo en línea de acceso público (OPAC = Online Public Access Catalogs).
El concepto de colección se ha transformado con el surgimiento de las bases de datos electrónicas, que no necesitan estar alojadas físicamente en la biblioteca para ser accesibles a los usuarios, y además por la volatilidad de la información que brindan. Esto ha producido un profundo cambio en las políticas de colección de documentos (ya sea en formato electrónico o impreso) de las bibliotecas modernas.
La biblioteconomía se puede dividir en teórica y aplicada. En la primera incluimos temas como la teoría de la información y la gestión del conocimiento, el estudio de la necesidad de información y cómo satisfacerla al mundo, los factores externos que influyen en la interpretación de los conocimientos, etc. La biblioteconomía aplicada se ocupa de temas tales como el desarrollo y mantenimiento de las colecciones, servicios técnicos (adquisición, catalogación, préstamo y descarte o depuración) de las colecciones, cooperación interbibliotecaria, derechos de autor, libertad de información (derecho al acceso a la información), conservación, gerenciamiento de la biblioteca o unidad de información, etcétera. Junto con la bibliometría está la informetría o medida de la capacidad potencial de transferencia de información documental de un sistema documental o bibliotecario. Mide la cantidad de información posible con un algoritmo de búsqueda basado en las palabras clave o códigos descriptores que el lector usa en lenguaje natural y los equivalentes y sinónimos que el sistema o base de datos ha utilizado para catalogar los documentos (términos contenidos en las categorías en el caso de la Wikipedia). Si sumamos las interacciones u ocurrencias y establecemos un índice de calidad de la búsqueda por el logaritmo natural, que sería 1, 2 y 3 el óptimo para la recuperación de información conseguida. Es semejante al número de referencias que descarga un motor de búsqueda en Internet.
Puede entenderse el rol del bibliotecario referencista como un intermediario entre el usuario y la colección de una unidad de información. Con el objeto de poder cumplir bien su función, el bibliotecario realiza la denominada entrevista de referencia, para poder asistir al usuario en el planeamiento y ejecución de su búsqueda de información. El bibliotecario como técnico, estudia algoritmos de búsqueda, tesauros, índices de citación, recopilación de novedades bibliográficas, trato y atención al usuarios y solución de sus consultas, contactos con colegas, etc. Actualmente y de acuerdo al desarrollo de las tecnologías de información y la Web 2.0, el bibliotecario es un facilitador de información.
Existen diversos sistemas de clasificación que se utilizan, con el objetivo primario de organizar físicamente las colecciones de las bibliotecas en los estantes, siendo los más empleados el de Dewey o clasificación decimal universal, CDU en Europa, el sistema de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, BLISS, clasificación facetada de Ranganathan, etc. Mediante el empleo de estas clasificaciones, es posible asignar al material en forma individual y al organizarse en los estantes (ejemplo, un libro) un código numérico o alfanumérico que refleja su contenido (temas o materias), y que sirve para ubicar juntos en los estantes los materiales que tienen contenidos relacionados.
Por otra parte, es tarea clásica del bibliotecario crear una ficha de cartulina con los datos principales del libro: título, autor, editor, editorial, año de publicación, edición, número de páginas, y tema, el que se extrae de alguno de los sistemas de clasificación en uso. El conjunto de estas fichas constituye el catálogo manual de una biblioteca. Existen varios métodos para organizar las fichas así creadas y aumentar las posibilidades de búsqueda en el catálogo manual. Las fichas representan a los materiales conservados en la biblioteca (ej. libros), y se las considera verdaderos subrogantes o representantes de estos materiales.
Con el advenimiento de las computadoras, los catálogos manuales y la práctica de la asignación de un único o limitado número de categorías temáticas a cada material se han transformado en actividades obsoletas, puesto que actualmente es posible asignar un elevado número de descriptores a cada material, para mejorar la representación de su contenido, y así facilitar y ampliar las posibilidades de búsqueda.

Biblioteconomía y documentación

La organización de una biblioteca, esto es, la organización física por materias de un catálogo de libros, ha llevado al estudio del cómo estructurar el conocimiento humano: catalogación y clasificación. El estudio de la arquitectura de la información incluye una especialidad denominada «Bibliometría», que se ocupa por ejemplo de los índices de citas o citation index, el factor de impacto o impact factor, el número de veces que un artículo es citado en otros artículos, etc. El enfoque hacia el mundo empresarial se expresa en la Gestión del conocimiento, que busca calidad o relevancia y difusión selectiva del conocimiento, para hacer frente a la sobrecarga de información. El mundo de las bibliotecas y centros de documentación es muy sensible hacia el conocimiento de sus usuarios y autores, lo que supone estudiar las necesidades de los clientes mediante encuestas y entrevistas (métodos obstructivos) o mediante el análisis de los patrones de búsqueda de los clientes, como puede ser el análisis de los weblogs de los catálogos (métodos no obstructivos).
En España se puede estudiar Biblioteconomía y Documentación en más de una decena de universidades. Los profesionales de la Biblioteconomía y Documentación, -bibliotecónomos y documentalistas- participan en asociaciones tanto a nivel nacional y regional como internacional.

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